Tributación de las indemnizaciones por daños y perjuicios
En la consulta V0793 de la DGT se explica cómo deben tributar las indemnizaciones que retiene una sociedad dedicada a la promoción de inmuebles de un comprador que resuelve el contrato de compraventa. El comprador fue, como es habitual, pagando los anticipos facturados por el promotor, hasta el momento en el que decidió echarse atrás. La penalización fijada como indemnización por los daños y perjuicios consistió en la no devolución de las cantidades entregadas a cuenta.
Según la Administración, esta indemnización tributa para la sociedad promotora como un ingreso del ejercicio que incrementará su base imponible del Impuesto sobre Sociedades. Los anticipos realizados por el cliente no tienen la consideración de ingresos, según criterios contables.
Respecto al IVA, en todos y cada uno de los pagos a cuenta realizados se debió devengar el impuesto, que la empresa cobraría al cliente y a su vez ingresaría en Hacienda. Esto es así porque según el art. 75 dos de la Ley del IVA, los anticipos anteriores a la realización del hecho imponible producen el devengo del impuesto por las cantidades efectivamente pagadas.
Cuando se produce la resolución del contrato por el desestimiento del cliente, se produce la penalización por los daños y perjuicios causados al promotor. Esta indemnización, según el criterio de la adminitración, estará exenta del IVA, ya que tiene caráctar indemnizatorio y no se ha producido acto de consumo alguno.
La empresa promotora tiene, consecuentemente, que rectificar las cuotas repercutidas y para ello tiene dos opciones: Solicitar la devolución de ingresos indebidos o regularizar la situación en la declaración correspondiente al período en que se efectue la rectificación. En este caso el promotor estará obligado a reintegrar al cliente las cuotas repercutidas.
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